La Vocal Muda
Ideas, ocurrencias y avisos dominicales
Coralie Pressacco
En las producciones artísticas siempre se presentan innovaciones que rompen con las etiquetas y los estereotipos. La literatura del narco no escapa a esta tendencia. Ramón Gerónimo Olvera lo demuestra claramente en su libro Sólo las cruces quedaron. Literatura y narcotráfico (México: Editorial Ficticia, 2013), el cual constituye un estudio muy serio y completo sobre el tema.
El ensayista chihuahuense define los contornos de la llamada narcoliteratura o literatura del narco denunciando el encasillamiento de la crítica literaria y el uso de una etiqueta demasiado restrictiva. Para eso, se propone analizar las obras seminales que abordan el tema de la violencia del narco, no sólo en México sino en otros países como Colombia, España y Estados Unidos. Autores como Yuri Herrera, Élmer Mendoza, Fernando Vallejo, Arturo Pérez-Reverte, Don Winslow – entre otros – conforman este panorama narrativo.
Olvera señala que “aparte del realismo hay otras maneras de narrar el narcotráfico en México”. En efecto, varios autores le dan una vuelta de tuerca al canon literario actual dibujando la violencia del narcotráfico desde una perspectiva que diverge del mainstream, un aspecto que pocos estudios toman en cuenta.
Sólo las cruces quedaron. Literatura y narcotráfico resulta ser un ensayo imprescindible para entender mejor un fenómeno literario muy actual.